El pasado 20 de enero tomó posesión el demócrata Joseph Biden como nuevo presidente de los Estados Unidos, en reemplazo del republicano Donald Trump. Este cambio en el ejecutivo estadounidense genera expectativas en las relaciones diplomáticas con Colombia, teniendo en cuenta que como antecedentes recientes se tenían como derroteros en la agenda bilateral: la crisis institucional, política, económica y social en Venezuela, sumado al respaldo en la atención de los migrantes del vecino país, la lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos, así como el apoyo al gobierno colombiano en la gestión de la pandemia generada por el Covid-19.

Uno de los puntos que tendrá énfasis en la agenda corresponde a la implementación del Acuerdo de Paz. Durante la administración Obama, Biden mostró un apoyo férreo al proceso de paz, evidenciado en sus visitas a Colombia. Asimismo, durante la Cumbre “Concordia Américas 2018”, en Bogotá, manifestó que “el acuerdo de paz fue un gran avance y no debe ser algo minimizado ni ignorado”. Posiblemente, no solo será un énfasis diplomático, sino que también se espera que se refleje en los recursos que aporte Estados Unidos al posconflicto.

Por tanto, es preciso revisar cómo se ha venido dando la relación bilateral y la cooperación entre ambos países, con el propósito de esbozar algunos escenarios futuros sobre cómo se podría desarrollar la agenda conjunta entre Colombia y Estados Unidos en materia de paz.

Tradición diplomática y de cooperación entre Colombia y EE. UU.
Los temas que han trazado la agenda de cooperación entre Colombia y Estados Unidos son diversos y entre ellos sobresalen la lucha contra el flagelo de las drogas ilícitas y el narcotráfico, el desarrollo alternativo, defensa y seguridad, medio ambiente y, en la última década, el apoyo a la implementación del Acuerdo Final de Paz.

En el En el marco del relacionamiento entre ambos países se han creado algunos espacios de diálogo, instancias y mecanismos de cooperación como, por ejemplo, el Plan Colombia, implementado en el 2000, como estrategia para combatir el problema de las drogas y el crimen organizado y que tuvo una inversión cercana a los 9.600 millones de dólares en sus 15 años de operación (DNP, 2016).

De igual manera, se destacan el Diálogo de Alto Nivel Colombia-Estados Unidos (DAN) constituido en el 2010, la cooperación en torno de la seguridad y defensa en el marco del intercambio de conocimientos y capacidades militares y policiales, el Tratado de Libre Comercio suscrito en el 2006 cuya vigencia comenzó en el 2012, entre otros.

Tras la firma de los acuerdos de La Habana, en 2016, la cooperación estadounidense se ha intensificado a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y sus distintos socios y operadores, quienes han venido apoyando la implementación del AF con programas como Nuestra Tierra Próspera, Gobernabilidad Responsable, Colombia Transforma, Justicia para una Paz Sostenible, Programa de Páramos y Bosques, la Estrategia de Cooperación para el Desarrollo del País (2020 – 2025) de Usaid, entre otros.

Balance presupuestal de la cooperación en 2020
La cooperación internacional, dirigida a temas de posconflicto en Colombia, teniendo en cuenta todos los países cooperantes fue de 993.082,33 millones de pesos (289.317.505 dólares) para el 2020. De esta cantidad de recursos los aportados por Estados Unidos representan el 43 % del total, alrededor de 428.743 millones de pesos (124.906.917 dólares).

Desde la firma del Acuerdo de Paz, el apoyo de Estados Unidos se ha dirigido a temas de participación política enfocados en la garantía a la oposición y de participación ciudadana; fin del conflicto, reincorporación de los excombatientes a la vida civil; Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS); mecanismos de implementación y verificación y algunos aspectos de género.

En la misma vía, resultan relevantes los aportes en la implementación de la reforma rural integral, con énfasis en el ordenamiento social de la propiedad, infraestructura y adecuación de tierras, producción agropecuaria y economía solidaria y cooperativa y los Planes de Acción para la Transformación Regional (PATR) con una inversión cercana a los 83.674 millones de pesos en 2020.

En el “Cuarto informe sobre la ejecución de los recursos y cumplimiento de las metas del componente para la paz del Plan Plurianual de Inversiones” presentado al Congreso de la República en julio de 2019, la CGR encontró que la Cooperación Internacional aportó un 13 % de los recursos ejecutados en la vigencia 2019, registrando 0,86 billones de pesos en proyectos, según información de APC Colombia, alcanzando un 86 % de ejecución frente a lo estimado en el MFMP 2017 para esta vigencia; recursos entre los que se encuentran los destinados por Estados Unidos en sus diferentes programas.

Principales resultados del trabajo entre la CGR y USAID
Para noviembre de 2020, se suscribió un Memorando de Entendimiento (MdE) entre las dos entidades, firmado entre el contralor general de la República, Carlos Felipe Córdoba, y el director de la Misión de Usaid en Colombia, Larry Sacks, en el que se establecieron unos marcos de cooperación entre las partes, especialmente, en lo concerniente al control fiscal ambiental y algunos otros temas intersectoriales que convocan a algunas delegadas sectoriales y generales de la CGR.

Otro frente de trabajo crucial es el que se está desarrollando a través de la Contraloría Delegada para el Posconflicto (CDP), en la que la cooperación norteamericana ha venido apoyando, por medio del fortalecimiento de capacidades, el seguimiento de la implementación del AF y de la Política Pública de Víctimas.

En el 2020, Usaid asignó cerca de 40.000 dólares, a través del Programa Colombia Transforma, para el desarrollo del Curso Virtual Caja de herramientas para el Control Fiscal en Posconflicto impartido por la Pontificia Universidad Javeriana y en el que se capacitaron 320 funcionarios en su mayoría del nivel desconcentrado, en torno del AF y a la Ley de Víctimas y a los decretos y leyes étnicos.

En el 2021, por medio del Programa Colombia Transforma de Usaid y con una inversión aproximada de 79.000 dólares, se apoyará técnicamente a la CDP para realizar un costeo de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras 1448 de 2011 y decretos y leyes étnicos. Como producto final, para el segundo semestre de 2021 se espera la consolidación de un Informe Balance de los resultados y recursos invertidos en la implementación de la Ley 1448 de 2011 y los Decretos Leyes Étnicos, entre 2012 y 2020.

Escenarios futuros y conclusiones
Recientemente, el presidente Biden envió una carta a su homólogo Iván Duque, en la que confirma su cercanía hacia Colombia, indicando que es un país cercano y querido” y que en el marco de los desafíos regionales se muestra ansioso por revitalizar relaciones importantes y duraderas con socios como Colombia. En su misiva ratificó su compromiso con la agenda bilateral con nuestro país: Estoy comprometido con una agenda bipartidista que promueva nuestra prosperidad compartida, que contribuya a una paz duradera para todos los colombianos y que promueva nuestra visión compartida de un hemisferio seguro, de clase media y democrático.

Este aspecto tomaría una fuerza relevante, considerando que 22 organizaciones civiles de Estados Unidos enviaron una carta al mandatario estadounidense, alertando respecto de que el Acuerdo de Paz se encuentra en “peligro” e instando a que vuelva a ubicar a la paz y a la protección de los derechos humanos como los principales fines de la política estadounidense en Colombia. En este sentido, piden trabajar frente a varios aspectos relacionados con el acuerdo como:

• Excluir a las FARC desmovilizadas de la lista de organizaciones terroristas.
• Continuar brindando asistencia a la Comisión de la Verdad y comenzar su asistencia a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos y a la Jurisdicción Especial para la Paz.
• Priorizar la implementación del capítulo étnico del acuerdo de paz de 2016.
• Renovar su apoyo a la promoción de las disposiciones del acuerdo de paz sobre mujeres, género y LGBT+.
• Presionar para que se cumplan en su totalidad y oportunamente las reformas rurales del acuerdo, prestando atención a la aceleración de la entrega de títulos de propiedad a los campesinos, en especial, a las mujeres.
• Un enfoque intensivo de prevención de la violencia contra los defensores de los derechos humanos y los líderes y lideresas sociales.
• Ayudar a Colombia a que adopte una solución más sostenible para el tráfico y la producción de drogas.

Con los primeros acercamientos mostrados por la nueva administración del presidente Biden hacia el gobierno colombiano, se espe ra que esta relación histórica se vea reforzada tanto bilateralmente como en escenarios multilaterales; y el apoyo al proceso de paz se mantenga en los temas priorizados. Probablemente se verá un aumento del apoyo financiero y mayor priorización de aspectos que se puedan considerar más rezagados o sensibles, en especial, la reforma rural integral, los cultivos de uso ilícito y el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición.

RELACIONADOS

ESTADOS UNIDOS Y SU APOYA A LA PAZ EN COLOMBIA

Nueva hoja de ruta de EE.UU. es el apoyo a la paz

EL PAPEL DE ESTADOS UNIDOS EN LA PAZ DE COLOMBIA

EE.UU. clave en la construcción de la paz con legalidad