Por causa de la guerra comercial entre estados unidos y china, desde 2018 (vigente en la actualidad), las cadenas globales de suministro empezaron una tendencia de reajuste, por lo que el término nearshoring se popularizó. Esto significa, básicamente, que la proveeduría pasa de estar no solo donde es más barato sino donde es más cerca y presenta menos riesgos (políticos o económicos). Esta tendencia se intensificó con la pandemia, por las interrupciones en las cadenas de suministro globales.

En este contexto, la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) hizo un estudio que identificó oportunidades para 108 partidas arancelarias con respecto de China, principalmente, en productos de la industria química; del reino vegetal; metales comunes y herramientas; piedras, cementos, cerámicos y vidrio; así como materiales textiles y sus manufacturas.

La mayor parte de los productos con oportunidad cuentan con un nivel de tecnología medio destinados a la producción de bienes finales en Estados Unidos, y sobre los cuales ese país busca proveeduría en su política de largo plazo de desacoplamiento por China.

En 2020 aumentaron exportaciones
En un contexto donde el mundo atravesó la peor crisis económica en siglos y el comercio mundial se vio paralizado, un total de 51 de las 108 partidas arancelarias con oportunidad, establecida dentro del estudio de AmCham Colombia, aumentaron sus exportaciones hacia Estados Unidos en 2020. Estas reflejaron un incremento de 46,5 %, pasando de 2.228 millones de dólares en 2019 a 3.263 millones de dólares el año pasado.

Dentro de las que aumentaron se encuentran textiles, artículos de cerámica, máquinas, aparatos y artefactos mecánicos, hortalizas conservadas, productos químicos inorgánicos, partes y accesorios de armas, jabón y preparaciones para lavar, aparatos mecánicos, papeles y sus manufacturas, metales comunes y sus productos derivados, insumos para la construcción, frutas frescas y oro.

También, Estados Unidos disminuyó sus importaciones desde China en 28 partidas arancelarias, reforzando su tendencia de desacoplamiento y mostrando que las oportunidades son reales. Además, el tamaño del mercado y los valores exportados por Colombia y China, en un contexto de aceleración económica, evidencian que todavía queda mucho espacio para seguir aprovechando.

Canasta exportadora, cada vez más diversa
En 2020, en medio de la difícil situación del comercio internacional, impactado por las restricciones de movilidad a causa de la pandemia, y donde los precios internacionales del petróleo presentaron caídas significativas, las exportaciones totales de Colombia a Estados Unidos disminuyeron 22,5 %, impulsado por una caída de 46,6 % de las ventas minero-energéticas (ME).

Sin embargo, las exportaciones no minero-energéticas (NME) crecieron 10,2 % en 2020, el mayor de los últimos 8 años. Dentro de los subsectores con mejor comportamiento se destacan partes de maquinaria eléctrica que pasó de 105,7 millones de dólares en 2019 a 160,6 millones de dólares en 2020, un crecimiento de 51,9 %; preparaciones alimenticias (+41,2 %); papel y sus manufacturas (+26,1 %); diversos tipos de pescados (+24,2 %); azúcares y confites (+21,2 %); animales vivos y sus productos (+18,6 %); alimentos, bebidas y tabaco (+18,1 %); y frutos comestibles (+15,0 %).

El sector exportador NME hacia Estados Unidos sigue repuntando en 2021 con un crecimiento de 10,3 % anual en el primer mes del año, llegando a 420,0 millones de dólares, frente a 380 millones de dólares el mismo mes de 2020, en donde no habían comenzado los efectos de la propagación del Covid-19 y las medidas de aislamiento sobre la economía y el comercio.

Se podría llegar a pensar que la fortaleza en el sector NME es causa de la caída de los precios del petróleo, sin embargo, desde la firma e implementación del TLC se está observando una tendencia de diversificación en la canasta exportadora colombiana. Mientras en 2012 las exportaciones NME eran el 29 % del total exportado, en 2014, antes de la caída de los precios internacionales del petróleo, representaron el 36,1 %. Las exportaciones NME en 2020 reflejaron el 60 % del total exportado, siendo, por primera vez, el grupo dominante.

Dentro de la canasta exportadora hacia EE. UU., los bienes del sector agrícola como las flores, café, aguacate, entre otros, han ganado importancia y esto se debe a los beneficios que ha traído el TLC para estos sectores en Colombia.

Seguir reduciendo la dependencia de los hidrocarburos, el aprovechamiento de las oportunidades comerciales, por parte de las empresas, en busca de satisfacer las nuevas tendencias de nearshoring y productos presentados por la pandemia, así como mantener la proactividad en el acercamiento con la administración de Estados Unidos para explorar nuevas opciones comerciales que beneficien a los dos países deben ser prioritarias en la relación económica con nuestro mayor socio comercial.

Temas laborales y de paz serán prioritarios
Aunque la agenda no tendrá cambios fundamentales, los énfasis podrán ser diferentes en asuntos ambientales, en la coordinación para una salida negociada de la crisis venezolana y una mayor observación sobre la importancia de acercar a los socios latinoamericanos y alejar la creciente influencia china en la región. El tema de la paz es clave, sin dejar de destacar que todos los asuntos relacionados con la producción y tráfico de estupefacientes estarán siempre presentes.

El sector agrícola es importante para Colombia y lo demuestra el hecho de que las exportaciones han ido al alza, con acceso a nuevos productos, y apertura de mercados. Es vital que trabajemos en este sentido, reforcemos los contactos y mejoremos nuestra productividad para ser más competitivos.

Frente al tema de Propiedad Intelectual, Colombia se mantiene en el watch list del USTR, lo que implica que se conserva un reconocimiento en avances frente a la protección de los derechos de propiedad intelectual, no obstante, se subrayan riesgos de entrar al priority watch list si avanzan en Colombia proyectos de ley como el de seguridad farmacéutica o el de patentes.

Son temas muy puntuales, es cierto, pero esos son, desde el punto de vista práctico, el subsuelo de las relaciones.

Derechos humanos, asuntos laborales y ambientales
También es conocido el particular interés de los demócratas en la violación de los derechos humanos en Colombia, la persecución contra líderes sociales y la impunidad con la que actúan grandes organizaciones de delincuentes en zonas vulnerables. Proyectar inversión productiva en los territorios donde se mueven y donde el atraso social es evidente tendría un excelente respaldo. Desde la administración de Donald Trump ha habido interés por desarrollar proyectos que permitan mejorar territorios que están bajo la influencia del narcotráfico.

En la carta que el presidente Joe Biden envió al mandatario colombiano, en respuesta al mensaje de felicitación por su elección, subraya que “estoy comprometido con una agenda bipartidista que promueva nuestra prosperidad compartida, que contribuya a una paz duradera para todos los colombianos y que promueva nuestra visión compartida de un hemisferio seguro, de clase media y democrático”.

Con Katherine Tai, como USTR y Marty Walsh como secretario de Trabajo, fieles defensoras de los derechos laborales, estos asuntos seguirán vigentes durante el corto y mediano plazos, incluso podrían cobrar más importancia a partir de lo mencionado en el informe de Biden al Congreso en el sentido de que “el Ministerio de Trabajo suspendió las inspecciones de campo y la revisión y adjudicación de casos laborales no relacionados directamente con la pandemia, lo que afecta los esfuerzos para abordar las cuestiones clave del informe del Departamento de Trabajo”, además de las presiones por parte de congresistas por la violencia contra líderes sindicales.

Por el lado del medio ambiente, ya se han revelado comunicaciones de parte de John Kerry, quien será el encargado de temas climáticos con el gobierno de Colombia como socio fundamental en esta lucha. Asimismo, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip S. Goldberg, dijo que “buscaremos asociarnos con Colombia con su biodiversidad y vulnerabilidad a los fenómenos climáticos para abordar estos problemas en foros globales y regionales”.

Con respecto de la presencia de China en la región, el embajador Goldberg mencionó durante el foro de AmCham Colombia que han mantenido conversaciones con la ministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Karen Abudinen, sobre la adopción de las nuevas tecnologías 5G en Colombia y las preocupaciones del Gobierno estadounidense frente a la posibilidad de permitir que proveedores no confiables y de alto riesgo (Chinos) proporcionen equipos software y presten sus servicios en estas futuras redes.

El embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, también expresó que la administración Biden se mostró preocupada por la adjudicación del metro de Bogotá a una empresa china.

Dicho esto, el aprovechamiento de las oportunidades comerciales en Estados Unidos que se originan por las nuevas tendencias de nearshoring que requieren de aprobación de nuevas reglas dentro del TLC y la ayuda de Estados Unidos a temas críticos en el país estarán condicionados por el cumplimiento de los puntos mencionados.

En consecuencia, consideramos que Colombia tiene que seguir fortaleciendo su capital político bipartidista en el Congreso de Estados Unidos, tiene que ser activo en los organismos multilaterales, cooperar con el gobierno estadounidense en temas fundamentales como el cambio climático y mostrar el beneficio mutuo del trabajo conjunto.

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