A lo largo de los años, Colombia se ha caracterizado por tener una relación de respeto y cooperación con todas las naciones, en una política que se comenzó a gestar desde los años de la independencia, cuando hacia 1919 fraguó la Gran Colombia con sus vecinos.

Durante décadas ha dado pasos importantes para fortalecer sus relaciones y formar parte de todas las sinergias enfocadas a defender los derechos humanos, propiciar el libre comercio, ampliar las fronteras comerciales, proteger el medio ambiente y apoyar las acciones humanitarias que impliquen la defensa de los derechos básicos de la comunidad internacional.

En el caso de Estados Unidos, la relación ha sido, durante muchos años, sólida, respetuosa, positiva, y con agendas enfocadas en temas centrales de desarrollo y bienestar. En una constante de respeto mutuo, los tiempos de ahora no son la excepción.

Como lo ha manifestado el presidente Iván Duque, la relación con Estados Unidos es de Estado y el cambio de gobierno en ese país, que por años es nuestro principal socio comercial, no genera incertidumbres ni implica ningún retroceso y menos en lo que tiene que ver con la implementación de la política de paz con legalidad, donde seguiremos trabajando, conjuntamente, en todos los frentes.

El Gobierno estadounidense ha expresado confianza en las acciones que se adelantan para garantizar la implementación del acuerdo de paz e ir más allá en el propósito de trabajar con funciones concretas en un escenario que les permita mejorar las condiciones de vida de miles de colombianos que esperan esta oportunidad.

Llevamos 200 años trabajando juntos como equipo, y enfrentamos intereses y adversidades comunes. Dentro de estas y que configuran delitos graves contra la sociedad, como lo afirmaron los embajadores de la Unión Europea y los integrantes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se encuentran los narcotraficantes, la mayor amenaza para la seguridad de miles de personas.

Por esto, no podemos aceptar que desde algunos sectores mal intencionados que pretenden desconocer los esfuerzos conjuntos y los resultados alcanzados, se insinúen cambios en esta relación. Tampoco, interpretaciones que afirman que la llegada del Partido Demócrata a la administración de Estados Unidos implica, ahora sí, el comienzo de la implementación de los acuerdos.

En esta materia, el Gobierno estadounidense tiene un compromiso serio con los cambios que se debieron haber adoptado en Colombia hace décadas y así ha actuado desde el primer día. Los resultados que hemos obtenido están a la vista en todos los frentes, especialmente, en respaldo a las víctimas, desarrollo rural, desminado humanitario, apoyo a la reincorporación de excombatientes, la sustitución de cultivos, y los programas de desarrollo con enfoque territorial (PDET).

Los PDET, es oportuno mencionarlo, son un instrumento real de desarrollo. Se implementan en 16 subregiones donde residen 6,6 millones de colombianos, 30 % de ellos víctimas de la violencia que enfrentan entornos de dificultades en apoyos básicos como agua potable, energía, infraestructura de educación y salud, y deficiencia en requerimientos clave como las vías terciarias. Este gobierno ha invertido casi 5 billones de pesos en obras en los territorios PDET.

Lo que se dispuso, por parte del presidente Duque, desde el primer día de su mandato, fue avanzar en la política de paz con legalidad que se viene implementando con seriedad y responsabilidad en beneficio del país y los resultados están a la vista de los colombianos y de la comunidad internacional.

Cuando todos los países, en sus consideraciones bilaterales, la Unión Europea, y en particular Estados Unidos, a través de su embajador, Phillip Goldberg, conocieron nuestra política, adecuaron sus apoyos a las prioridades del Gobierno colombiano y, desde entonces, con ese nivel de coordinación hemos trabajado como equipo. En ese mismo sentido, el embajador de Estados Unidos explicó que han contribuido con un billón de dólares, precisamente, para nuestros programas de paz con legalidad.

Es tan claro el compromiso del Gobierno con la implementación y con la defensa de la paz que, a pesar de algunas voces críticas que pretenden hacer política con este tema, la sólida relación entre Estados Unidos y Colombia nos ha permitido, en estos 30 meses de trabajo, recibir mayores recursos, mayor y mejor asistencia técnica, y vemos con profundo optimismo cómo ahora, en esta nueva etapa de la administración de Estados Unidos, se avanza en esa misma dirección.

De manera conjunta con el gobierno y la empresa privada de Estados Unidos se trabaja en el apoyo a las víctimas y los demás frentes de la implementación. Lo hacemos para garantizar y hacer real la reincorporación de los 13000 excombatientes de las extintas Farc; se ha logrado, como mencionábamos, avances significativos en los planes de desarrollo con enfoque territorial, PDET, en el trabajo que hacemos conjuntamente para mejorar en la sustitución voluntaria de cultivos, el catastro multipropósito, la formalización de tierras y tantas otras actividades del crecimiento rural.

Reunión con la administración Biden
Nuestro optimismo está bien fundamentado. La primera reunión que sostuvimos, el pasado lunes 12 de abril en la Casa de Nariño, con funcionarios de la nueva administración demócrata, fue un éxito. La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por Juan Sebastián González, director senior para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, también la secretaria adjunta para asuntos del hemisferio occidental, Julie Chung, y el embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip Goldberg.

Fue un encuentro muy positivo, donde el director González se definió como un colombo-americano que conoce el país y dialoga permanentemente con el embajador en Washington, Francisco Santos. Podemos decir, entonces, sin temor a equivocarnos, que esta es una relación que genera expectativas positivas. En la reunión también participaron la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, los ministros de Relaciones Exteriores, Claudia Blum, y de Defensa, Diego Molano, así como el consejero de Seguridad Nacional, Rafael Guarín.

En esta cita tuvimos la oportunidad de hacer un amplio análisis de las acciones adelantadas para la implementación del Acuerdo de Paz, firmado en 2016. En este punto presentamos un balance de las acciones implementadas por el Gobierno para la atención a las víctimas, el proceso de reincorporación, el desarrollo rural integral y social, avances significativos en la ejecución de proyectos productivos, inversiones en los 170 municipios cobijados por el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y el trabajo articulado con el sector privado en el proceso de sustitución de cultivos ilícitos, entre otros.

Al término del encuentro, el balance fuemuy positivo. El director senior, Juan Sebastián González, no solo destacó el rol de liderazgo de Colombia en la región, sino que luego de escuchar el nuestro, valoró la importancia de lo que venimos haciendo en materia de cultivos ilícitos.

El Director Senior para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos hizo explícito que Colombia es el “gran aliado” en el hemisferio, que esta relación viene de muchísimos años y que se va a mantener así. Seguiremos trabajando, entonces, de la mano en la irreversibilidad de la política de paz con legalidad.

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