El Gobierno Nacional encontró en la emisión de deuda pública una salida a parte de los compromisos financieros o deudas que tiene con sistemas de salud, transporte y hasta educación. En los últimos meses se han presentado los proyectos de colocación de Títulos de Tesorería (TES) con el fin de pagar algunos compromisos.

El Gobierno se fijó la meta de colocación de $25,5 billones en TES y a julio entre subastas y emisiones de entidades públicas se ha alcanzado los $24,2 billones. Según la información del Minhacienda, de enero a julio, se emitieron TES a través de subastas por $20,3 billones y mediante entidades del sector público por $3,8 billones.

Sin embargo, esta meta de colocación busca modificarse así, según un documento anexo al presupuesto de gastos para el próximo año se espera aumentar la deuda en $7 billones (cerca de US$2.123 millones), para atender el pago de sentencias y deudas del sector de salud. De esta manera, la colocación de títulos TES pasará a $37,1 billones (US$11.253 millones), desde una meta de $30,1 billones establecida en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, publicado a mediados de junio.

El presupuesto "incluye apropiaciones por $7 billones para los acuerdos de pago previstos en la estrategia de sustitución de pasivos establecida (...) para remplazar pasivos por sentencias judiciales en mora de pago y retrasos en obligaciones con el sistema general de seguridad social", precisó el anexo.

"La estrategia de financiamiento interno se soporta en el positivo desarrollo del mercado de deuda pública local que continúa su tendencia de consolidación de liquidez y profundidad", agregó.

La necesidad según el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, es conseguir unos $8 billones (US$2.426 millones) para completar la financiación del presupuesto de gastos de 2020, pero estas emisiones no serán tenidas en cuenta como gasto público lo que afecta la regla fiscal, sino que se haría un cambio contable que contó con el aval tras la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo.

Tradicionalmente, en la contabilidad del Gobierno se habla del concepto de ‘por encima de la línea’ para referirse al balance fiscal, en el que se tienen en cuenta los ingresos, los gastos y el déficit; mientras que la parte de ‘por debajo de la línea’ hace referencia a los recursos y usos de financiación con los que se cuenta para financiar dicho déficit. En ese sentido, la meta del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, es que el déficit entre esos ingresos y egresos públicos (’por encima de la línea’) sea para este año de $24,9 billones, es decir, de 2,4% del PIB.

Con este movimiento, aunque algunos lo vieron perjudicial en términos de cuentas y pasivos, lo que se realizó fue una operación neutral en términos del saldo de la deuda pública. A groso modo, se cambia una deuda (de que corresponde de la salud) por otra (a cargo del Gobierno).

“El Gobierno nacional tiene completamente financiados los $271,7 billones que contempla el proyecto de ley del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2020”, dijo el ministro Carrasquilla citado en un comunicado.

Previamente, el funcionario dijo a congresistas durante un debate que el país contratará nuevo endeudamiento por $19,2 billones. El Ministro, mencionó que el Gobierno va a “recontratar” deuda interna y externa que vencen el próximo año por $28,4 billones.

Estas operaciones fueron calificadas como beneficiosa en términos de costo en intereses.

Según Munir Jalil, director de investigaciones económicas de BTG Pactual, estas operaciones de emisión de deuda se reconocen ‘por debajo de la línea’, por lo que no tienen ningún impacto en el déficit fiscal. “El Gobierno dice que los pagos responden a algo transitorio y para que no les afecte el déficit, que es más estructural, se colocan de este lado. Así, el déficit nunca se verá afectado”, explicó.

En total, en la tabla de recursos y usos de financiamiento de 2019 y 2020 se incluyen dos nuevos rubros: pagos de obligaciones con servicio de deuda y pagos con títulos TES. Mientras que para afrontar las primeras el Gobierno utiliza recursos de caja con los que ya cuenta, las segundas se hacen con la emisión de títulos (ver gráfico). Estos últimos aumentan de manera inmediata la deuda bruta que tiene el Gobierno y que para 2019 sería de 51,5% del PIB, pero reduce la deuda del sector salud.

El debate de este manejo fiscal ha estado latente, Marc Hofstetter, profesor de la Universidad de los Andes, quien aseguró que se puede ‘maquillar’ el déficit fiscal pero no el externo, “pagar gasto con TES sin contabilizarlo como gasto y, por tanto, sin que afecte el déficit es nuevo. Si tuviéramos dinero para pagar esas cuentas eso no sería necesario, pero no hay forma de hacer esos pagos y, al mismo tiempo, honrar la regla fiscal. Hacer esto vuelve inocua la regla: si el Gobierno puede decidir qué se cuenta y qué no como gasto y déficit, que un comité le diga de qué tamaño puede tener el déficit es una pérdida de tiempo”.

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