La pandemia —provocada por el coronavirus— dejará huellas imborrables en la historia de nuestro país, por sus graves consecuencias traducidas en la muerte de miles de compatriotas y en la catástrofe económica y social que ya sentimos y que tendrá lamentable prolongación en el tiempo.

Corresponde empezar cuanto antes la reconstrucción de la confianza en nuestra capacidad para superar el desastre, vencer   el miedo que nos impuso el enemigo desconocido y retomar el rumbo de progreso que traíamos, con positivos indicadores de avance institucional, económico y social.

Como lo han expresado voces autorizadas, desde la academia, tenemos que aprender a convivir un poco más con la incertidumbre que se genera en una pandemia como la actual y en los tiempos de la pospandemia que no podemos eludir.

“Se debe buscar un equilibrio entre el te-mor cierto que se le genera a la gente en una pandemia y la libertad de poder actuar como antes de que ocurriera”, decía recientemente el rector de la Universidad Externado de Colombia, Juan Carlos Henao.

Estamos frente a una enorme crisis que requiere un gran esfuerzo de inteligencia para construir una auténtica transformación, que permita superar la desigualdad económica y social, lo mismo que la tecnológica —ahora más evidente que nunca—, que ofrezca respuestas de reactivación, recuperación del empleo perdido y modernización de nuestros sistemas educativo y sanitario.

Lo que ahora debe concentrar nuestra atención es una respuesta adecuada a varias preguntas concretas: ¿cómo vamos a mejorar nuestra manera de vivir, de qué manera vamos a superar el desempleo, de dónde saldrá el dinero para la reconstrucción nacional, qué pasará con nuestros niños, con los jóvenes y con la población vulnerable?

Se requiere, sin duda, un gigantesco es- fuerzo económico de todos, una acción categórica para defender los escasos recursos financieros de que dispone el Estado, un compromiso de unidad nacional para trabajar por la vida de millones de colombianos que están quedando en la pobreza y el desamparo.

Para conseguir esa transformación, la reconstrucción del sistema productivo, los cambios en nuestra manera de trabajar y enfrentar el duro porvenir que se avecina, hay que tener fe, mucha fe en nuestro país, en nuestra capacidad de recuperar el camino, fe en nuestras instituciones y en la imaginación de nuestros dirigentes.

Igualmente, entre todos tendremos que buscar y apoyar las nuevas palancas sobre las cuales se apoyarán el engranaje y el desarrollo del nuevo país. Palancas de confianza en nosotros mismos, solidaridad, honradez, sacrificio, optimismo y alegría, virtudes abundantes y características en nuestra ciudadanía.

“El progreso es la fe” de nuestro inmediato futuro. Y desde nuestro campo de acción, en la Contraloría General de la República, tenemos el compromiso de redoblar esfuerzos para trabajar contra la corrupción, para perseguir a quienes intentan saquear los dineros tan necesarios en esta crisis, para recuperar la plata que se roban los saqueadores del erario público, para defender cada peso que se invierta y, en síntesis, para responder enfáticamente a los nuevos desafíos del país.

Con nuestra capacidad, con las nuevas facultades que tenemos de control fiscal preventivo y concomitante, impulsaremos todos los programas de adelanto y modernización tecnológica en las diferentes áreas, apoyaremos el mejoramiento educativo de nuestros funcionarios y sus hijos, y seguiremos atentos en nuestras políticas de empleo de calidad y de bienestar colectivo.

Con motivo de la próxima celebración de nuestros 97 años de existencia, reiteramos hoy más que nunca que nos sentimos orgullosos de proteger los recursos públicos de los colombianos. Tenemos fe en el porvenir de nuestro país, a pesar de las angustias y dificultades creadas por la pandemia y la incertidumbre que nos ha producido.

En esta edición de la revista Economía Colombiana encontrarán juiciosos planteamientos, tesis y propuestas sobre la manera de enfrentar la pospandemia en el campo educativo y en el de la tecnología, precisamente para promover la discusión positiva sobre políticas de empleo y trabajo formal. Hay que recuperar la confianza en nuestro país.

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