La corrupción representa un flagelo que golpea por igual a los diferentes países en el mundo. Históricamente esta problemática ha sido muy difícil de combatir, a tal punto que el Banco Mundial lo ha denominado como un gran obstáculo para el desarrollo económico y social de los países.

La lucha contra la corrupción se ha visto afectada por distintos factores, uno de ellos, la falta de capacidad de los gobiernos de tener acceso a toda la información de la contratación pública. Faltan mecanismos para compartir información a través de datos abiertos y con calidad, la cual esté relacionada con procesos, sociedades, representantes legales, experiencia y hojas de vida, entre otros. Los corruptos mutan y sus prácticas cada vez son más sofisticadas, por esto mismo, los gobiernos deben evolucionar para poder combatirlos.

En la actualidad y con el uso de tecnologías de la cuarta revolución industrial, como big data, machine learnig, blockchain e inteligencia artificial, se abre un nuevo mundo para poder acceder a información en tiempo real y así descubrir las prácticas corruptas que se presentan en algunos procesos.

La tecnología es un habilitador de transparencia, permite cruzar información en fuentes abiertas de contratistas, su experiencia, su relación directa con los procesos, comportamiento en procesos similares, si existen colusiones a través de las hojas de vida de sus equipos de trabajo y un sinnúmero de cruces que en esquemas de auditoría tradicionales son difíciles de detectar.

Por medio de la utilización de herramientas como blockchain se permite tener la trazabilidad y la inmutabilidad en los procesos contractuales, brindando seguridad a la entidad y a los proponentes.

Así mismo, con el uso de inteligencia artificial es posible promover la rendición de cuentas de gasto público e impacto social teniendo en cuenta el mayor procesamiento y análisis de información. Unido a lo anterior, la inteligencia artificial permite un monitoreo constante de distintas actividades que realicen funcionarios públicos y emitir alertas en tiempo real sobre posibles desviaciones de fondos o procesos contractuales.

Varios países en el mundo avanzan en sus iniciativas y políticas públicas sobre tecnologías emergentes y Colombia no es la excepción. En octubre de 2019 se espera contar con un CONPES en la materia.

La Contraloría General de la República ha avanzado en la implementación de la plataforma Océano, convirtiéndose en un líder y referente en la región en el uso de tecnología en la lucha contra la corrupción. Los retos persisten, pero las tecnologías emergentes generan una serie de soluciones que pueden llevarnos a considerar que la corrupción cada vez se convierta en una actividad menos atractiva y que pueda llegar a ser superada.

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