El sueño de muchas personas es tener vivienda propia y por eso los diferentes gobiernos incluyen en sus planes de gobierno programas que ayuden a cumplir este propósito.

En el actual gobierno del Presidente Iván Duque se cuenta con programas como Mi Casa Ya, Semilleros de Propietarios y Casa Digna Vida Digna. Por eso se realizaron los trámites necesarios para garantizar los recursos necesarios para estos programas hasta el año 2025, según lo ha señalado el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón.

El ministro explicó que esta es una política integral porque no solo está enfocada en generar nuevas viviendas, sino en mejorar las condiciones de las existentes y en promover el acceso a la vivienda propia.

Adicionalmente y de manera reciente se expidió el Decreto 1533 de 2019 de concurrencia de subsidios que consiste en la integración de las ayudas otorgadas por el Estado mediante el Fonvivienda y las cajas de compensación familiar.

Tal concurrencia se hace efectiva mediante el uso del subsidio otorgado a través del programa Mi Casa Ya y, simultáneamente, del otorgado por las cajas. Es decir que los solicitantes podrán acceder a dichos subsidios al tiempo y destinarlos a la compra de su vivienda.

Solo podrán ser beneficiarios de la concurrencia de subsidios aquellos hogares que perciban ingresos hasta por dos salarios mínimos mensuales legales vigentes ($1.656.232 para 2019) y opten por la compra de una vivienda de interés social cuyo valor no supere los $124.217.400 por el año 2019, según lo dispuesto mediante el Decreto 1467 de 2019, el cual determina que el precio máximo de una vivienda de interés social puede ser de hasta150 smmlv.

Cuando el postulante elija la concurrencia, el monto máximo del subsidio para vivienda nueva otorgado por Fonvivienda será de hasta 20 smmlv ($16.562.320 para 2019). En lo que concierne al monto del subsidio por parte de las cajas de compensación será de hasta $24.843.480.

Por su parte, “Casa Digna Vida Digna”, es una iniciativa que promueve la tenencia formal de predios apoyando la titulación de estos; acceso a servicios públicos a través de conexiones intradomiciliarias, así como intervención por etapas mediante la transformación de viviendas y el mejoramiento del entorno.

Otra de las iniciativas es “Mi Casa Ya”, dirigida a los colombianos que deseen adquirir una vivienda urbana nueva y que no sean propietarios. Estos podrán ser beneficiarios de un subsidio de cuota inicial o de un subsidio a la tasa de interés. La meta nacional durante el cuatrienio es de 255.000 subsidios en total.

También está el programa “Semillero de Propietarios”, donde las familias con ingresos menores a $1.656.000 podrán acceder a un arriendo subsidiado en una vivienda digna; a la vez que se promueve el ahorro social para ejercer una opción de tener un inmueble digno y propio. La meta para el cuatrienio es tener 200.000 hogares beneficiarios. Para ello se han vinculado a las inmobiliarias, y desde el 31 de julio entró en funcionamiento la plataforma digital para el registro de la oferta de viviendas del programa, que espera llegar a 80 gestores habilitados.

Adicionalmente, a través del Fondo Nacional del Ahorro se podrá solicitar un crédito hipotecario y pagar solo el 10% de la cuota inicial, siempre y cuando cumpla con los requisitos.

Lo primero para obtener el 90% de la financiación de su crédito de vivienda es estar afiliado al FNA, bien sea con las cesantías o con un ahorro voluntario. Lo segundo es presentar una solicitud de crédito, y por último tener capacidad de pago y no estar reportado en una central de riesgo.

Con esto se va a poder “acceder a una vivienda de mayor valor sin tener que contar con una cuota inicial tan grande para la compra de una vivienda cuyo valor va desde $112 millones hasta $918 millones.

“La manera para que Mi Casa Ya llegue a quienes ganan dos salarios mínimos es entregando cientos de miles de subsidios por año. Semillero de Propietarios está diseñado naturalmente para estratos 1 y 2 y con la concurrencia de subsidios las familias podrán aspirar a mejores viviendas.

“Fortaleciendo Mi casa Ya en su volumen, con Semillero de Propietarios y con la concurrencia de subsidios tendremos la capacidad de ser en el 2022 un Gobierno que pasa de gastarse solamente el 34% de los recursos de vivienda en los estratos 1 y 2 a ser un Gobierno que se gasta el 60% en los más necesitados”, explicó el ministro Malagón.

“Para el cierre del año se habrán vendido en el país un total de 183.900 viviendas, 3,5% más que en 2018”, según la presidenta de Camacol, Sandra Forero.

El número total corresponderá a 110.518 unidades que pertenecen a viviendas de interés social, 2,5% más que en el 2018. En el segmento medio se venderán 54.138 viviendas, con un incremento del 9,5% con respecto al año pasado. Y en el nivel alto se llegará a 19.200 unidades, este último sigue sin recuperarse y tendría una reducción de 6%.

Dentro de las estrategias que el gremio considera fundamentales para la reactivación del sector se encuentran garantizar los recursos para la continuidad de los programas de vivienda social para los próximos años, dinamizar la inversión de los hogares en vivienda nueva y estructurar un marco de seguridad jurídica y eficiencia regulatoria.

Se reducen las metas

De acuerdo con un informe de la Contraloría General de la República, frente al déficit cuantitativo (5,22% urbano y 3,09% rural) la política del actual gobierno en materia de vivienda es menos retadora, ya que las soluciones habitacionales urbanas nuevas cofinanciadas por el Gobierno se reducen frente al cuatrienio anterior. En efecto, la meta de iniciar 520.000 viviendas de interés social en principio no permitiría cubrir la formación de hogares que potencialmente demandan vivienda en este segmento de precios (700.000 hogares durante los 4 años, según la GEIH del DANE) y, por lo tanto, tampoco generaría excedentes para reducir el déficit cuantitativo acumulado.

Adicionalmente, se propone cubrir a 135.000 beneficiarios con subsidios de compra de vivienda urbana, que eventualmente pueden acceder también a los programas de semillero de propietarios y al subsidio a la tasa de interés VIS, lo cual pareciera contrastar en cifras con las 217.235 soluciones iniciadas en el periodo 2014-2018 incluyendo vivienda gratis II fase, viviendas de interés prioritario- VIPA y Mi Casa Ya; sin embargo se observa que no existe continuidad en el programa de viviendas totalmente subsidiadas o “gratuitas” que otorgó cerca de 130.000 alojamientos.

Frente a ello, el Gobierno no formuló soluciones alternativas para la población en condiciones de extrema pobreza y vulnerabilidad (sin capacidad de ahorro y acceso al crédito, desplazados, afectados de desastres y habitantes en zonas de alto riesgo), que considere una mayor participación de los beneficiarios, acceso a infraestructura institucional y comunitaria, además del desarrollo progresivo y flexible de la vivienda para que sea asequible y adecuada a sus necesidades personales y culturales, advierte la Contraloría.

También el informe señala que si bien el Ministerio de Vivienda ha presentado como un avance del Semillero de Propietarios el que haya más de 140.000 hogares inscritos al Programa, no se cuenta con un inventario de la oferta de vivienda a la cual podrán acceder esos hogares. Específicamente se debería contar, a la fecha, al menos con un inventario para los 40.000 hogares que se pretende beneficiar antes del 31 de diciembre de 2019.

Con excepción del mejoramiento integral de barrios, la política está centrada en soluciones individuales de mercado mediante estrategias para promover la demanda sin tener en cuenta la promoción de proyectos de alto impacto de reubicación de poblaciones en riesgo, intervención de barrios marginales y asentamientos informales, renovación urbana, generación de mayor espacio público y de construcción sostenible.

De igual manera indica que si bien el Gobierno Nacional permite la concurrencia de recursos del subsidio de Fonvivienda y el otorgado por las Cajas de Compensación Familiar (CCF), este beneficio únicamente es aplicable a hogares afiliados a las CCF los cuales en su mayoría cuentan con ingresos provenientes de actividades económicas formales.

Sin embargo, más de la mitad de la población del país, que hoy se encuentra en condición de informalidad laboral no logra acceder a mayores niveles de subsidio y debe enfrentarse a un mercado VIS con topes de precio mayores.