EL SECTOR ELÉCTRICO COLOMBIANO se ha consolidado como uno de los sistemas más confiables y sostenibles del mundo, como consecuencia de una serie de reformas estructurales que cambiaron la institucionalidad y el marco normativo que se viene implementando en Colombia desde mediados de los 90s. Han pasado treinta años, desde el apagón de 1993, en donde el país no ha tenido ni un solo día de racionamiento, gracias al trabajo tripartito entre el Gobierno Nacional, el sector privado y banca multilateral, que han diseñado e implementado una serie de cambios institucionales y regulatorios en el sector.

Esta nueva institucionalidad permitió que Colombia aumentara su cobertura eléctrica de 77 % en 1993 a 98,6 % en el 20221, con una matriz de generación eléctrica sostenible ambientalmente, debido a que cerca del 70 %2 de la capacidad de generación en el país se produce con fuentes renovables (hidráulica, eólica, solar y biomasa). A principios de los 90s, Colombia tenía instalado 11 GW de potencia, el consumo al año de energía era de 26 GwH y la población la conformaban 34 millones de habitantes.

Hoy tenemos instalados 19 GW de potencia, consumimos 75 Gwh y somos 51 millones de habitantes. Pasamos de consumir 771 Kwh por habitante a 1.492 Kwh3, que se han podido generar gracias a las inversiones realizadas en el sector por más de US$5.029 millones4 y al crecimiento de la capacidad instalada en el país en el recurso hídrico.

Las reformas institucionales5 permitieron la creación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, la Unidad de Planeación Minero- Energética y la Superintendencia de Servicios Públicos, mejorando el proceso de regulación, planeación y supervisión del sector.

Mientras que las reformas legales y normativas que se han venido implementado en la transición energética permitirán lograr el objetivo del país de reducir las emisiones de CO2 en 51 % a 2030 y llegar a la carbono neutralidad en 20506, al mismo tiempo que brindan seguridad jurídica para atraer a los inversionistas, mediante la expedición de las siguientes leyes:

i) La Ley 1715 de 20147, que estableció el marco de incentivos para promover el desarrollo de la utilización de Fuentes No Convencionales de Energías Renovables (FNCER) y creo el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge);

ii) La Ley 1955 de 20198 que promueve el uso de tecnologías de cero y bajas emisiones en los sistemas masivos de transporte y establece los lineamientos para tramitar licencias ambientales;

iii) La Ley 1964 de 20199 que promueve el uso de vehículos eléctricos en Colombia;

iv) La Ley 1972 de 201910 que estableció las deudas para reducir las emisiones contaminantes de fuentes móviles y el cronograma de mejoramiento de combustible diésel;

v) La Ley 2099 de 202111 que específicamente definió el hidrógeno verde y la geotermia como FNCER; el hidrogeno azul como fuente no convencional de energía; promovió los proyectos para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI); creó el Fondo Único de Soluciones Energéticas con el fin de articular las fuentes de recursos para incrementar la cobertura energética; y estableció incentivos a la movilidad eléctrica, entre otros;

vi) La Ley 2169 de 202112 que definió los estándares regulatorios y técnicos para la comercialización y operación de tecnologías vehiculares de cero y bajas emisiones, así como las metas de renovación de vehículos de carga y la creación del Fondo para la promoción de ascenso tecnológico; y

vii) La Ley 2169 de 2021 que establece las medidas mínimas para alcanzar la carbono neutralidad y la resiliencia climática con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional en un 51 % para 2030, llegar al carbono neutralidad en 2050, además de crear la comisión de estudio para la promoción y el desarrollo de los mercados de carbono en el país.

❯❯ La Ley 2099 de 2021 que específicamente definió el hidrógeno verde y la geotermia como FNCER; el hidrogeno azul como fuente no convencional de energía; promovió los proyectos para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Avance de los objetivos Con estas reformas normativas y estructurales se han logrado diez avances importantes para el cumplimiento de los objetivos del país en materia de transición energética13:

1) Se establecieron estrategias y lineamientos, a partir de la Misión de Transformación Energética, la hoja de ruta del hidrógeno, la hoja de ruta para la incorporación de la energía eólica costa afuera, el Plan Energético Nacional 2020-2050 (PEN), la Política de Transición Energética y la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (Enme), entre otros marcos de actuación para las instituciones y las empresas asociadas al sector minero energético.

2) Se realizaron las subastas de largo plazo para la integración de proyectos de generación con Fuentes No Convencionales de Energías Renovables (FNCER) con el fin de diversificar la matriz energética14. Se adjudicaron proyectos por 2.888 MWp, multiplicando por 100 veces la capacidad instalada de estas fuentes en el 2018 (28,2 MW);

3) Se han incorporado nuevos energéticos y tecnologías en la matriz de generación. En 2018, Colombia sólo tenía dos proyectos de energía renovable y a la fecha cuenta con más de 20 granjas solares, 2 parques eólicos, 10 proyectos de autogeneración a gran escala y más de 3.000 proyectos solares fotovoltaicos de autogeneración a pequeña escala. Estos proyectos pueden abastecer el consumo de energía de más de 700.000 familias, así como reducir la emisión de más de 1.2 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a plantar más de 15 millones de árboles;

4) Se realizó una subasta para el almacenamiento de energía a gran escala con baterías, convirtiendo a Colombia en el primer país en Latinoamérica en realizar una subasta para este tipo de tecnologías. El proyecto tiene una capacidad de 45MW y se utilizará para respaldar el sistema de transmisión regional del Atlántico.

5) Se han generado incentivos fiscales para atraer la inversión a nuevos proyectos de generación de energía. Actualmente se encuentran en ejecución, por parte del sector privado, proyectos que superan los 4.500 MWp que aumentarán la capacidad instalada de energía renovable no convencional;

6) Se pusieron en marcha dos pilotos de generación geotérmica para la autogeneración de energía en campos petroleros, donde se aprovecha el agua que se extrae en el proceso de producción; y se desarrolló el primer proyecto de biomasa forestal en Vichada, que antes dependía de una línea de conexión con Venezuela.

❯❯ Es importante reconocer los grandes retos que se plantean en la transición energética y la prioridad de hacer seguimiento a las hojas de ruta que buscan cumplir con los compromisos adquiridos por Colombia.

7) A partir de la expedición de la hoja de ruta del hidrógeno se pusieron en operación los primeros dos pilotos de hidrógeno verde en Colombia (Ecopetrol y Promigas).

8) Se han desarrollado políticas y expedido leyes que promueven el uso de vehículos de cero y bajas emisiones, así como incentivos arancelarios para la importación de vehículos eléctricos e híbridos. De acuerdo con el Ministerio de Transporte se han registrado más de 8.000 vehículos eléctricos en el RUNT.

9) Se han desarrollado políticas para promover el abastecimiento de gas combustible y de combustibles líquidos de mayor calidad; y

10) Se actualizó el Plan Integral de Gestión del Cambio Climático del sector minero energético visión 2050. Destacando estos grandes logros en el proceso de transición energética, el documento Conpes 4075 de 2022, identifica cuatro retos en los que el país debe continuar trabajando y que hacen parte de los lineamientos de política de la transición energética: i) Incrementar la seguridad energética; ii) Incentivar el conocimiento y la innovación en transición energética; iii) Generar mayor competitividad y desarrollo económico desde el sector energético, y iv) Desarrollar un sistema energético con bajas emisiones de GEI para disminuir las afectaciones al cambio climático.

Para alcanzar estos objetivos, el documento de política energética plantea líneas de acción dirigidas a incrementar la eficiencia energética; avanzar en el cierre de brechas de capital humano y el diseño de cualificaciones para el despliegue de la transición; estructurar la aplicación de nuevas tecnologías en el sector minero energético; desarrollar iniciativas para incrementar la cobertura del servicio de energía eléctrica; implementar medidas de digitalización, fiscalización, y gestión de la información del sector minero-energético; y definir lineamientos para el ascenso tecnológico en diferentes modos de transporte.

❯❯ La estimación de costos de la transición (variables, fijos, de minería y comercio y de inversión) señala que en todos los escenarios son monótonamente crecientes en el tiempo, debido a que la demanda de energía es también creciente.

De acuerdo con el estudio para la Hoja de Ruta de la Transición Energética Colombia 2050, realizado por el Centro Regional de Estudios de Energía (Cree), el compromiso de Colombia de reducir sus emisiones en 51 % a 2030 para alcanzar la carbono neutralidad, requiere analizar la integralidad del sistema energético permitiendo: 1) que durante la transición se garantice el suministro oportuno y confiable de energía eléctrica para atender la demanda; y 2) que se realice una transición fiscal que permita reducir la dependencia de los fósiles sin impactar la inversión pública.

En ese sentido, el estudio estima los costos de esta transición a partir de cuatro diferentes escenarios15: el de referencia corresponde a las políticas anunciadas por el gobierno; dos escenarios exploran las implicaciones de contar con una participación de la actividad exploratoria de hidrocarburos y de no disponer de un cambio técnico acelerado que facilite el uso de tecnologías y fuentes limpias en el mediano plazo; y un cuarto escenario explora las implicaciones de lograr la carbono neutralidad en el 2070.

La estimación de costos de la transición (variables, fijos, de minería y comercio y de inversión) señala que en todos los escenarios son monótonamente crecientes en el tiempo, debido a que la demanda de energía es también creciente. Pero los costos totales varían dependiendo del escenario. Al 2050 el costo del escenario de referencia sería alrededor de 11 % del PIB (equivalentes a 87.000 millones de dólares de 2015).

De acuerdo con el estudio para la hoja de ruta de la transición energética Colombia 2050, realizado por el centro regional de estudios de energía (cree), el compromiso de Colombia de reducir sus emisiones en 51 % a 2030 para alcanzar la carbono neutralidad, requiere analizar la integralidad del sistema energético.

De esta manera, el país debería buscar fuentes de financiación y plantear una transición por fases que permita reducir gradualmente las emisiones.

De acuerdo con el tercer informe bienal de actualización de cambio climático de Colombia16, la ganadería, la agricultura y el cambio del uso del suelo siguen siendo la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia (59 %), por lo tanto, centrarse únicamente en el esfuerzo del sector energético por descarbonizarse no permitirá cumplir con las metas de carbono neutralidad a 2030.

El estudio del Cree recomienda ajustar la transición energética con la transición fiscal, asegurando la adopción de tecnologías eficientes y bajas en carbono y el financiamiento de nuevas inversiones de oferta y demanda, que permitan multiplicar por cinco nuestra capacidad de producir energía de bajas emisiones.

Por lo anterior, es prioritario reconocer los grandes logros de la política energética que posicionan a Colombia en el puesto 35 entre 130 países, en el Índice de Trilema del Consejo Mundial de Energía17 (Seguridad Energética, Igualdad Energética y Sostenibilidad Medioambiental); y en el puesto 39 entre 120 países, en el Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial18. También es importante reconocer los grandes retos que se plantean en la transición energética y la prioridad de hacer seguimiento a las hojas de ruta que buscan cumplir con los compromisos adquiridos por Colombia. EC

Referencias Bibliográficas

• Cree (2021), Hoja de Ruta de la Transición Energética Colombia 2050.
• Dane (2023), Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2022.
• DNP (2022), Documento Conpes 4075, Política de Transición Energética.
• Ideam, PNUD, Natura, MADS, DNP, Cancillería (2021) Tercer informe bienal de actualización de cambio climático de Colombia.
• Ministerio de Minas y Energía (2020), Misión de Transformación Energética.
• Ministerio de Minas y Energía (2021), Transición Energética: un legado para el presente y el futuro de Colombia.
• XM (2021), Reporte integral de sostenibilidad, operación y mercado.
• World Economy Forum (2022), Energy Transition Index 2022.
• World Energy Council(2020), World Energy Trilemma Index 2020.

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