El balance de las finanzas públicas de Colombia durante 2018 arrojó un déficit consolidado de $29,21 billones, equivalente al 2,99% del PIB, cifra superior a la registrada en 2017 cuando fue de 2,52%, según el informe “Situación de las finanzas del Estado 2018”, de la Contraloría General de la República.

Este resultado fue producto de la suma de los balances fiscales del Sector Público No Financiero (SPNF) (-$31,48 billones) y el Sector Público Financiero representado por el Banco de la República y Fogafin ($2,27 billones).

Allí se indica que el Gobierno Nacional Central (GNC) redujo su déficit a 3,08% del PIB, gracias al crecimiento de los ingresos tributarios y de procesos de ajuste en el gasto, mientras que algunos sectores, como los gobiernos centrales territoriales, aumentaron su déficit en la vigencia 2018.

“El resultado de las finanzas del GNC que registra balances deficitarios año tras año, refleja un problema estructural que no ha permitido cerrar la brecha que existe entre los ingresos y los gastos, lo cual es importante para reducir el financiamiento por deuda y los gastos que se destinan para su servicio (amortización e intereses), además de poder destinar mayor gasto para inversión y programas sociales. La situación anterior se ha reflejado en las sucesivas actualizaciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo que han ido aplazando la reducción del déficit fiscal del GNC”, señala el informe.

El comportamiento del déficit del Sector Público Consolidado (SPC) en 2018 implicó que la deuda bruta a PIB también se incrementara. Esta situación contrastó con la obtenida en el 2016 y 2017 cuando el déficit se redujo y el financiamiento disminuyó. Si bien el déficit del GNC fue menor (3,1% del PIB vs 3,7% del PIB), el déficit del SPC aumentó debido al mayor déficit del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FECP) y al balance negativo de sector público del orden territorial.

Para 2018, el SPNF registró un balance fiscal deficitario equivalente al 3,23% del PIB, con un incremento de 0,62 puntos porcentuales frente al presentado en 2017. Sin embargo, la mayoría de los subsectores presentaron balances positivos con excepciones como el GNC y las entidades centrales territoriales lo que, dada la importancia del primero, explica el resultado final total.

De acuerdo al reporte de la Contraloría, el GNC registró para 2018 un balance fiscal deficitario de $30 billones, equivalente a 3,1% del PIB, inferior en 60 puntos básicos al registrado en 2017 (-3,7% del PIB), gracias al crecimiento de los ingresos (2,5%) y una reducción del 0,2% en el gasto.

Entre tanto, el sector público financiero mejoró su posición fiscal al arrojar un superávit de $2,27 billones (0,23% del PIB), debido al balance positivo del Banco de la República por $2,24 billones, originado en los mayores ingresos (22,1%) y menores egresos (-27,7%).

Por su parte, los Establecimientos Públicos Nacionales obtuvieron un superávit de $3,48 billones (0,4% del PIB), que significó un incremento de $0,54 billones (0,36% del PIB) frente a 2017.

A su vez, los gobiernos territoriales (29 capitales, 31 departamentos y 983 municipios no capitales) registraron en 2018 un déficit de $3,28 billones (0,34% del PIB), cuando en 2017 mostraron un ligero excedente de $0,01 billones, explicado por el mayor dinamismo de los gastos sobre los ingresos.

El resultado de 2018 se explica por el déficit originado en los recursos diferentes al SGR de los gobiernos centrales territoriales ($4,32 billones, equivalentes al 0,44% del PIB) y del superávit de $1,04 billones de los recursos del SGR que se giraron a las administraciones territoriales.

Para la CGR es necesario repensar la descentralización colombiana de modo que se puedan lograr mayores avances en la generación de recursos propios que permitan a los mandatarios regionales y locales mayor autonomía a la hora de realizar las inversiones que sean prioritarias para los habitantes de las respectivas regiones o localidades.

De igual manera el informe señala que en 2018 la política monetaria de Colombia tuvo una ligera tendencia expansiva. En enero y mayo la tasa de intervención se redujo en 25 puntos básicos (p.b.) cada vez hasta ubicarla en 4,25%. A partir de allí, la Junta Directiva del Banco de la República la mantuvo constante el resto del año. La transmisión a otras tasas de la economía se observó con mayor fuerza en las de consumo, cuyo promedio se redujo en 145 p.b. durante el año, y con menor intensidad en el crédito comercial, con una reducción de 80 p.b.